jueves, 28 de abril de 2011

Piensa mal y acertarás...

Puedo asegurar que no sé mucho de política, me gusta emitir mi opinión como una ciudadana simple que ve lo que acontece a su alrededor y que se preocupa no tanto por el futuro, si no por el presente de México, pues al final es lo que dará pie al futuro.

Siempre debatimos sobre qué será lo más conveniente para abatir la corrupción o el abuso de poder, la burocracia, el abstencionismo, los malos gobiernos; muchas veces he escuchado que la solución está en las candidaturas ciudadanas, pues muchos de los males de nuestra sociedad (en cuestión política) viene como consecuencia de los actos mal intencionados o bien intencionados al beneficio de unos cuantos, de nada más y nada menos que los partidos políticos.

Creemos que el que un ciudadano pudiera ser candidato a un puesto político sin tener que afiliarse o aliarse a un órgano político ayudará a que no lleve dentro de su plan de trabajo el conseguir un beneficio a su color, por lo que se interesaría simplemente y como debería ser, por el bienestar de los ciudadanos; la verdad, suena muy bonito, sin embargo tengo mis reservas en el tema.

No me malentiendan, creo que podría ser una buena idea, posiblemente en otros países haya funcionado y funcione, pero mi México lindo y querido es tan particular, que incluso la mejor idea puede resultar fatal.

Mi papá siempre decía “piensa mal y acertarás”, considero que es un tanto negativo ver todo así, sin embargo en la política aplica, pues así nos encontremos con el mejor intencionado en hacer las cosas de modo y bien, o termina cayendo en las redes de un sistema político corrupto, se gana un tanto de enemigos, o simplemente sale huyendo.

Si nos ubicamos en el contexto actual, en el que es necesario regular el ingreso de “apoyos económicos” en campañas, la aparición en los medios, etcétera, las candidaturas ciudadanas no serían cosa aparte, sería también cuestión de regulación, y sin embargo, como me comentaba mi amigo Abraham Aguirre , “¿cómo va a regular el IFE que ahí no entre lana negra? ¿cómo va a regular que una candidatura no se utilice para lavar dinero?”.

Además, ¿quién comprobaría que este tipo de candidaturas no esté respaldada en realidad por un partido político, que si bien el candidato no está afiliado, obedece a las órdenes de uno de color? En fin, la verdad es todo un embrollo, y no me cierro,  coincido con Abraham en que podría ser algo benéfico siempre y cuando no se aplique a las próximas elecciones del 2012, se de más tiempo, se analice y se revise bien la legislación.

El punto es que si los partidos políticos y por ende sus partidarios hicieran tal cual su labor como deberían, no tendríamos que pensar en candidaturas ciudadanas o en alternativas para mejorar nuestro sistema político.

Sin embargo México y sus utopías, la iniciativa de reforma se aprobó, como suele pasar con muchas reformas, al vapor, y no nos quedará más que ver los resultados de un año de elecciones en el que, pensar mal, sólo arrojará el acertar.


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